Reconozco que soy un tipo
raro,
a veces me creo nada para nadie,
un poeta de poemas insondables,
un pianista de tonos muy bajos,
en ocasiones un poco rollista,
y mis tiempos de fracasado,
pero no soy egoísta ni malvado,
ni la venganza está en mi lista,
un solitario, un
desconocido
autor de mi propia ingenuidad,
una inocente forma de mirar
todos los sueños prohibidos,
como muchos otros ando frustado,
de un poco de sexo y algo de valor,
pero no un reprimido, eso no,
que sexo y valor nunca son sobrados,
no soy enemigo de otros,
imposible,
puede que un poco de tonto y cobarde,
pero compañero, prisionero, la gente me late,
y yo creo en el amor imbatible,
loco, romántico, vulgar, genial, inútil,
presumo de todo, me duermo en la pereza,
nunca hipócrita, puede que irónica tibieza
pero sin nudos, como la santa inconsútil,
no soy prejuicioso, algo perjurioso,
y deseos lujuriosos, mi cuerpo me abarca,
es el continente de mí, es la barca
única que me lleva por el mar misterioso,
y finalmente, sin duda, soy muy sincero,
yo no soy más que una gota como otras de agua,
que brillan o se oscurecen, sencillas almas,
pero soy como soy, y como soy yo me quiero.
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