Debería llegar la
primavera, que parece olvidada,
y el recuerdo de la amada aunque ya no me quiera,
pero que no me
olvida, no, no me olvida
aún con su
sonrisa poco sincera,
profundidad de nostalgia,
ignorancia de verdad,
opción del
silencio para la eternidad,
fruto de la vida
como paralizado,
esperando el juicio
de los fracasados,
que vuelva la
primavera y afloren olores
que quedaron en su
piel, pétalos de flores,
mirando sus frutos y
no a su amante,
soñando quien le
pasó por un instante,
corto pero
inolvidable,
entre patético y
agradable,
bucólico como
Dante,
o amor con sable,
amor
inolvidable,
amor de
primavera
donde la hojas ya vienen
con la humedad regando,
mientras, piensa en
otro que le diga
palabras aunque no
sean de su boca,
con el tacto no de
sus manos,
con la mirada no de
sus ojos,
en este tiempo que
ella evoca
ese instante
inmortal,
ese tiempo indeciso
en que queriendo la
libertad
dio la espalda a la
ilusión
casi por capricho,
esa mujer
nostálgica y buena,
tan presumida, tan
sincera,
tan alegre, tan
conformista,
sin saberlo tal vez
me quiera,
lo hará cada año
por la primavera,
y me llamará y me
saludará,
y dirá ¿cómo te
encuentras?,
que entre bromas y
sorpresa
cualquiera excusa
le diera,
¿qué como voy con
mi mujer?,
pues como
cualquiera,
olvidándola cada
segundo
por mucho que diga
que la quiera,
es el orgullo quien
nos vence,
es la codicia quien
convence,
seguir caminos por
otros trazados,
quejarnos como
idiotas
siempre del pasado,
no decir basta ya,
esto se ha acabado,
ay este engaño
que nos tiene
atrapado,
sin nunca entender
por qué es tan
complicado
hacer solo lo que
sientes
sin decorado,
decir solo lo que
piensas
en cada paso,
vivir el presente
y no llorar el
pasado,
lanzarte sin más
a estar enamorado,
evitar de una vez
sentirte derrotado,
es lo que hay en el
alma
y no valen excusas,
si las buscas eres
tonta
y te estás
engañando,
dí simplemente me
quieres
no te cuesta tanto
trabajo,
no pienses en mí
cuando lo hayas
lanzado,
puede que te
sorprenda
que me sienta
enfadado,
puede que cuando lo
digas
ya me haya largado,
cansado de esperar
una palabra de
halago,
puede que aunque de
ti
yo me he enamorado,
no quiera sufrir
más
y me vaya a otro lado.