lunes, 18 de marzo de 2013

LA NATURALEZA

Cuando por la tarde paseo por los bosques,
de un día frío soleado de la primavera,
me gusta esconderme tras los árboles
y espiar a los rayos que las hojas dejan,

y ver las flores como se orgullecen,
y las no cortadas y húmedas hierbas,
esperar pacientes a la noche con su Luna
y brillar con el canto de grillos que se quejan,

me gusta esta soledad abrupta y callada
que me da un rincón de la naturaleza,
me gusta la vida de los seres no humanos
que tan generosamente me embelesan,

soy feliz cuando me vuelvo cómplice
de las hojas que a los rayos apresan,
porque me hacen su amigo todas estas cosas,
porque se saben necesitadas, porque besan,

son jardines que nunca debemos tocar,
son aguas que pos sí solas saben lo que llevan,
son piedras sedientas que nos dejan andar,
son cantos rodados que juegan y juegan,

los árboles rectos dejan al helecho
pues bajo él suelo de vida se llena,
cosas diminutas, sensibles y calmadas,
rumores de burbujas de vida sub tierra,

quien sabe si fenicios, romanos o etruscos,
nadaron por este mar que se muestra,
si poco a poco las huellas por los caminos
fueron dejando mensajes sin letras,

somos del aire, la tierra, el fuego, del agua,
y lágrimas futuras que el alma encierra,
y la base de roca de la tierra muda
y el aire que necesita para el fuego la leña,

somos también como ellas elementos
y por más que cambiemos no podemos con ellas,
porque no se mueven por ningún breve momento,
porque si se entierran, germinan y se muestran,

no deberíamos ser humanos vanidosos
de creernos cimas de la naturaleza,
deberíamos aprender a no ser ruidosos
y deberíamos aprender a meditar como ella.


1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho este poema, la naturaleza siempre me ha llenado de sensaciones bellas. y esta estación que hoy entra siempre me ha embelesado de manera especial.

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