Imaginé sobre el cristal de la ventana fría
el perfil de tu imagen bañada,
el platillo de tantas colillas expulsadas,
y la gente iba y venía,
el silencioso papel me miraba,
sentí un raro gesto que me decía
¿qué haces esperando cada día?
si ella te ahogaba,
y solo pensaba si quería
rehacer lo hundido desde la nada,
renacer en la madrugada
las cosas que me jodían,
debo ser una monada
de ejemplo de ironía,
si ella me decía
en falso que me amaba,
cinco cafés a las once del día,
y no sé por qué esta mangla
si ni noche ni madrugada
concilio un sueño de birria,
esperaba de verdad con ganas
y las ganas me consumían,
¡a tomar por culo los días!
y los días no se largaban,
esta espera tan disparatada,
esta forma de perder el día,
resolviendo como Kramer resolvía
sus ecuaciones chaladas,
y más broma la historia tenía
de saber que ella me esperaba,
mientras yo tabaco quemaba
esperando por si venía.
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