lunes, 25 de noviembre de 2013

Sé muy bien cuando las cosas llegan a un determinado lugar,
lo sé porque es entonces cuando fumo y fumo como un descosido,
sorprendido un poco de tanta quemadura del alquitrán,
mirando como un imbécil las paredes rayadas de despojos,
viéndome dar vueltas eterno y en torno a las mismas historias,
apresado de muermos que como ondas se chocan y apagan,
y un resurgir de las mismas llamas quebrando mis huesos,

romper, yo quería romper los silencios prohibidos,
matar los caminos por donde me he ido trazando,
realizar algún día las historias soñadas,
que la Luna de aquella madrugada me respondiera por fin,
tenía como doce, y cuarenta y siete más tarde
sigue la estúpida con la misma cara de siempre,
los fondos azules que detrás la sostienen
con su infame calma y silencios me aburren,

seguiré no sé donde, pero seguiré y seguiré,
estoy convencido que todo sigue vivo,
aquel chavalillo que hincaba los pies,
aquellos ojos que me taparon a des tiempo,
aquellas manos que no supieron crecer,
aquellas palabras que entonces me amargaron,
aquella paz que no supe tener,

¿dicen que no vuelva al pasado?
y me lo dicen quienes justamente allí me mandan,
que me busque el lugar que me toca,
que me deje de gotas que rellenen el mar,
que no habrá tiempo para tantas historias,
que elija, que escoja, que me defina en un plan,
que deje de bailar con voces anónimas,
que me apoye en el apoyo social,
que me vuelva normal, que me deje de trolas,
que ¡venga ya!... que ¡venga ya!... que ¡venga ya!,

en realidad todo se irá conmigo,
lo que yo consigo me lo voy a tragar,
se acabaron los planes con los vecinos,
yo no sé juntar mis manos con otros para andar,
sí, cierto, soy un malhumorado imperfecto
que se cree pluscuamperfecto de los demás,

¿el alma? ¿el espíritu? ¿lo divino?
mi filosofía es mucho más barata,
no necesita ni una breve carta
que solo agitará una copa de vino,
líneas mal trazadas en un duro recinto,
sudores fríos que no sangran
por las heridas de tantos vicios,

no, no volveré,
pero no porque otros me lo digan,
si no porque yo no sé....
...yo no sé desandar los caminos,

y si vuelve alguien como yo
será un envío a mi espalda,
no hagas caso, que yo no seré ese
que una vez se presentara,
el que estuvo dejó algo escrito
sobre tu íntima piel: un poema de amor,
hecho a fuerza de recuperar mi vida en la tuya.
Y ése se fue y se fue y en voz baja decía
quédate alma y espíritu, y dejó su dolor,
para morir, ya... ya... no os necesito.

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