martes, 19 de noviembre de 2013



creaste de mi una sonrisa extraña
una mueca rígida deseosa de escapar
de la infernal regla del silencio

de escapar de mi cuerpo sometido
labrado a fuerza de complejo
aparcado cada hora, cada tiempo



que me aterras del qué me traes
cobarde de no saber si me llevas
medidos en mis pasos por si acaso

avanzo, retrocedo, y fracaso
o eso creo que no me lo dices
o si me lo dices, yo me atasco



que cuando te miré ya estabas dentro
y moviste mis cosas de su sitio
y te sentaste para verme entero

que cogiste mi ropa del pasillo
la perfumaste con tus dulces besos
con mi bruma oscura en tu brillo



que sin querer quisiste dar un paso
que queriendo no supe que decirte
que te quiero y no sé cómo lo hago

que la mañana parece tan distinta
que me lleva en tu viento que resiste
temporales de mares alocados



presente en todos mis latidos
cadencia del amor tan dilatado
como rayo que explota sumergido

de mirada intensa y rostro sostenido
de palabras formales y acusadas
de reo encerrado en sí mismo



que rompes mis esquemas despiadada
que provocas una lucha cuerpo a cuerpo
unas manos sostenidas cara a cara

un decir claro de aguas claras
que embisten por los ríos de los tiempos
a estocadas como puños, a estocadas



que como yo es seguro que eres ser
que te hiciste a fuerza de empujones
y con las razones del nacer

de qué otra forma puede ser
que abrieras de otra forma mis cajones
para tirar mis fotos del ayer



eres tú, la que lees con osadía
estas palabras de quejidos
de la vida y muerte de mis días

eres tú, la que todas las cosas serían
almas puras con tu signo
y yo signo de tu alma, alma mía

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