jueves, 21 de noviembre de 2013

NO PUEDO SÓLO CON EL MURO

Tenemos que ser dos,
no puede uno solo,
al menos por mi parte
no lo he aprendido,

no he aprendido a saltar los muros
por mí mismo para llevarte,

si quieres pongo empeño en ello,
te quedas debajo de un árbol,
esperando caídas de hojas,
y mirando a los cielos,

pero quiero que sepas, que no puedo,
que solo no puedo llevarte,

necesito ir comunicándote
las culebrillas que nos anteceden,
las ranas que nos saltan al vuelo,
y la hora de los atardeceres,

y no puedo sin tus redes
apresando temores inciertos,

y cuando sucede que anochece,
necesito un chubasquero,
que me caen los aguaceros
y son fríos y crueles,

y no puedo ni cobijarme
ni sin ti para abrazarme,

y saber que aún cansados
nos de tiempo a algo caliente,
y a un poquito de charla
en una noche valiente,

necesito saber que estás aquí,
aunque no sea siempre
de piel y piel juntas
pero sí de alma y mente,

no he aprendido a saltar los muros
que a veces nos sangran,
los que al hacerlo nos marcan
heridas del alma evidentes,

no sé estar sólo, mejor, no quiero,
que ya me cansó la batalla
de mí contra mí
y de viento que diverge,

depende ahora de ti,
querer subir en esta vertiente,
y arriesgar hasta caída libre,
osando la muerte,

yo ya voy de camino,
nada va  a detenerme,
ni al peor precipicio
si él va a mares nacientes,

mis pasos a solas caducan,
mis piernas ya no me pueden,
mis últimas bocanadas de aire,
acabaré bravamente,

y buscaré en el nuevo frescor
de nuevas noches celestes,
seré preso de otra voz
si tú pronto no vienes,

necesito un boca a boca,
mi cuerpo lo requiere,
y cualquier azar me levantará
de otra me piense me quiere,

el amor alejado cura heridas
y también hiende y hiende,
pero si agrava debe acercarse
y si no se acerca se tira,

que no hay peor amor que el pasivo,
el que ni actúa ni viene,
que yo no puedo solo con los muros,
sin unos brazos calientes.






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