viernes, 7 de febrero de 2014

COMO MÍA


Aún en mi soledad y en mi tristeza,
aún así, yo la sigo queriendo.

No debería continuar con la llama,
debería apagarla, cubrir la cera,
buscar por las aceras que cruzamos,
aquellos pasos de tinieblas,
aquella siembra de un domingo,
aquel instinto que se cuelga,
aquella perla desnutrida,
aquella ida hacia los sueños,
aquellos miedos que se empeñan.

Aún en mi soledad y en mi tristeza,
con ansiedad, la estoy olvidando.

En aquel tránsito que se quiebra,
en aquella enmienda de un minuto,
en aquel absurdo y tonto espera,
en el preámbulo de primavera,
en la manera que me ausento,
en aquel momento de tu queja,
en aquella espesa de ancho arco,
en el maltrato que me lleva,
en la entrega sin respeto.

Aún en mi soledad y en mi tristeza,
la noche, una, me fue acabando.

Como sórdida marea,
como ladera de entre cruces,
como sufriría a su manera
el fin de una alegría,
como mal usura prisionera,
como escama de los días,
como el día en que te quiera,
sin pena y alevosía,
como mía, así te quisiera.

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