En un cielo abierto con nubes de algodón
recuerdo un tiempo que no viví,
dormido el Sol, mi alma en silencio
y la desesperanza del devenir.
¡cómo acosa el tiempo!
horas sordas y brutales
con huellas del destino grabadas en mí,
callados devoran los nulos momentos
y sin encontrar una lágrima
por donde sufrir.
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