martes, 19 de febrero de 2013

ESPERANDO

La noche me dejó una duda
que emergía de tu cara,
y un repentino quiebro
hería mi mirada,
me dejó en silencio
mirándote
como si fueras una muralla,

todo ello me trajo un desvelo
y mi mano extrañamente
posada en mi pecho
palpitaba,
un sombra recorría mi cuerpo,
la sábana caliente me agobiaba,
imaginaba
como serías tú aquí dentro
llenando mi madrugada,

soñaba luces minúsculas,
un soplo de aire
en una sombra encantada,
te imaginaba llegando,
andando,
con tus caderas
como brazas,

imaginaba unos labios densos
y el perfume de tu figura
de mujer dulce y brava,
por eso no entendí esta duda
que me asaltó de madrugada,
y que pienses que no quiero
extenuarte, llenarte,
cubrirte, saciarte,
vibrarte, seducirte,
amarte, enamorarte,
buscarte y buscarte,
y encontrarme contigo
justo en tu ombligo,
dentro en mi cama,

perseguirte como si fueras la gloria,
viajar hacia ti
como si fueras toda la historia,
buscar tan dentro de ti
todas las horas de mis horas,
denunciarte y anunciarte
como el origen y el fin
del río que me desborda.

La noche presenta un perfil
de sequedad en mi boca,
el agua que me bebí
mi vientre la devora,
como a la luz de la noche
la sombra le acosa,
el agua que no llegará
una vez más, parece broma,
suena con seco eco
de una fuente que me nombra,

siento cómo me sientes,
no imaginas cuánto te siento,
no te imaginas los momentos
que se me parten los dientes,
mi boca está seca de agua,
que lejos está mi fuente,
mi fuente dulce y brava,
mi piel te está esperando
para que en ella hagas
dibujos con tus manos
que se parezcan a tu alma.


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