lunes, 25 de febrero de 2013

EXTRAÑOS

Hoy vengo a hablarte de mí con la extrañeza
de que todo lo que diré tú lo tocas,
acudí a esta cita desnuda e inquieta
con los pies hundidos en el barro que me moja,

en mis palabras exponía todas mis pertenencias,
las que de hollín me vistieron en gastadas horas,
y aquellas que cantaban como las estrellas
la ausencia en mis mundos de las sombras,

las muy vistas paredes que me encierran,
los cuadros inclinados que me rondan,
las fotos rancias de colores se manifiestan
como acreedoras de mis vidas, me abordan,

te leo a diario cada noche en mi esencia
y devanamos los asuntos de una historia,
de niña y niño fuimos avanzando por la senda
que a los adultos llegan sin memoria,

partiré de la nada y así espero con paciencia
que despliegues tu alma como folias,
que la brisa te bendiga mientras llegas,
que la calma te sonroje y te haga novia,

que te eleves como el capullo se eleva,
que destroces tu tristeza de otras horas,
que los tiempos van pasando y que se lleva
esa autocrítica tan fiera que te asola,

yo soy alguien que existe, no una escena,
alguien que te sufre cuando lloras,
y que también anda, alma lleva,
como una gota entre tantas gotas,

vengo a extenderte mi mano a mi manera
sin saber si es la mano que tu imploras,
traigo flores de caricias y hierba buena,
y el olor de las primeras amapolas,

llevo del agua fría a la tibia terma
donde bañamos los cuerpos que sonrojan,
espuma blanca de fuego que nos entran
por los poros de la piel que se rozan,

ya sabemos que el amor no aconseja
sobre los futuros que soñamos o se antojan,
que aparece de improviso y se maneja
entre besos intuidos a des horas,

las pocas dichas que a veces nos frecuentan
quizás son insuficientes, no se amoldan
al deseo de que siempre permanezcan
como en el árbol perenne sus hojas,

llevo aquí cierto tiempo imaginando
cómo serían las cosas de otra forma,
y sé que es sueño y lo voy soñando
que lo real me maldice y me ahoga,

es posible que en nuestras mentes
tan diferentes coincidan ciertas cosas,
pero el cuerpo es distinto, y es doliente,
y las manos don distintas y nos desbordan,

lo que es frío para ti quizás es calor para mí,
el enigma que aclaraste no lo entiendo,
y los principios evidentes que hay en mí
son laberintos extraños en tu cerebro,

me tocas como cuando entras en mi casa
y al pasear por ella te paras en fotos del pasado,
que tu no viviste, no estabas allí, a mi lado,
y no obstante, tu curiosidad te delata,

por eso tocas cosas mías que tu sabes
pero las sabes explicadas a retazos,
no vividas realmente, tú no estabas,
estabas inmersa en otro lado,

y por eso es lógico que desfigures,
incluso que cambies el marco que la ha guardado,
y la foto será a tu manera,
pero a mí de la foto me has tirado.



3 comentarios:

  1. "Solo un hombre"
    _________________

    Aquí, parado frente al alba,
    como ayer entre mis manos la esperanza,
    quisiera decirte tantas cosas,
    convertir en palabras lo que siento.

    Quisiera romper con esta idea,
    con esta realidad que no hace falta,
    esta cruel historia de no verte,
    de jamás en mi vida tenerte.

    Amor, amor de mis anhelos,
    de los sueños que se van y que aparecen,
    sabes bien que soy tuyo como antes,
    que mi alma solo entiende de tu nombre.

    Estoy harto de vivir en lejanía,
    de entregarle mis secretos al silencio,
    de cantar mis canciones a la nada,
    de sentir el dolor y el desaliento.

    Si pudieras comprender mi corazón,
    que no hay nada más allá de lo que siento,
    mis horas son manojos de ansiedad,
    eres tú mi razón, mi universo.

    Te siento en la brisa, las rosas,
    en las cosas que sin ti son solo hirientes,
    en la noche cuando el frío me acompaña,
    en poemas que leíamos entonces.

    Te siento vida mía como siempre.
    ¿Cómo puedo vivir así sin verte?
    Seguro estoy ahora que el amor
    es el bello libertar de tanta muerte.

    Aquí, parado frente al alba,
    como ayer entre las horas solo un hombre,
    si pudieras compartir este momento,
    sabrías comprender que no te miento.



    Pedro Eugenio Ferrer

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