Llevo todo el día pensado cómo decírtelo, como expresártelo,
cómo recitarlo, cómo verterlo, cómo soltarlo,
cómo quitármelo de en medio, cómo no hacerlo rebuscado,
cómo hacerte comerlo, cómo hacerte llevarlo,
cómo y creerte, cómo abarcarte.
Me comen tantas dudas, me come este silencio que me para,
me agobia tu bruma, me asalta tu calma,
me siento como una gota que ya resbaló por tu cara,
me siento como en una lista con dos rayas cruzadas,
que lento es el olvido, que insultante es tu mirada,
últimamente yo no consigo de ti nada,
voy decreciendo en mi gloria efímera y extraña,
voy rompiéndome las venas con tus pocas ganas,
yo no quiero estas penas pero es que me salen llagas
de todas las espinas clavadas en tu alma,
yo no sé cómo pudiste desaparecer como sin nada,
cómo me robaste las palabras que me quedaban.
Llevo todo el día y muchos años extenuado,
llevo toda la carga de tantas decisiones equivocadas,
sé que me preguntaste si lo he pensado detenidamente,
dije entonces que sí,
poco tiempo después ni sé por qué di esa respuesta
porque lo cierto es que no lo pensé detenidamente,
si lo hubiera pensado no habría dado ese paso,
de hecho por eso nunca pienso,
porque si pensara, nunca daría ningún paso.
Cómo voy a decirte que otra vez de nuevo
me he equivocado.
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