Paseo en la noche cerrada,
mi novia está dormida
entre sábanas,
siempre igual esquina,
y la misma bodega
encendida,
actores de teatro
bebiendo y fumando
tras el ensayo,
ruidos, música y besos,
sonrisas y gritos
y algunos celos,
me paro, la recuerdo,
en una de ellas
yo la veo,
mi novia está dormida
dos calles más arriba,
y tenía sueño,
entro y al mirarla
sonríe por un recuerdo
y me llama,
aunque sus manos
no sean de ella
pero pasan,
de momento, y mientras duerme,
por pasar la noche
se entiende,
yo no soy nadie
y ella
no es nada,
un recuerdo que vale
bajo el vapor del alcohol
en una cama,
una cara sonriente,
unos ojos inocentes
y una trama,
unidos esa noche
sin ningún reproche
ni palabras,
solo sentir y latir
mientras ella sobre mí
me abraza,
diciéndome un te quiero,
le devuelvo un te quiero
que engaña,
sintiendo su deseo
que a pesar de que la creo
me araña,
mientras, en el acto,
somos un encanto
hasta mañana,
una ilusión, dos ilusiones
de otros con corazones
en sus camas,
veo sus manos
y beso sus dedos
y me agarra,
se ríe, es feliz,
la miré, sonreí,
al besarla,
volví a un te quiero
parecía más sincero
y la espanta,
¿quieres a otra?, dice ella,
le digo de ninguna manera
y se calma,
mientras posa sus labios
en mis falsos labios
y en mis falacias,
duerme un instante
para soñar lo de antes
y mañana,
que harás cuando amanezca,
que harás cuando aparezca
el alba,
no sé, le fui a decir
no sé que sentir
en mi alma,
duerme mientras tanto
con su pelo en mis manos
enamorada,
yo pensaré en ti
que mi novia se fue a dormir
solitaria,
ya tienes el amor
que acelera tu corazón
de apasionada,
corazón que se precipita,
en mi pecho palpita
con mis manos en tu cara,
duerme corazón y sueña,
sueña conmigo y sueña
desnuda, sin nada,
sueña a tu hombre, a tu amor,
con toda la ilusión,
deseada,
sueña que el mundo baila,
sueña que el mundo canta,
sueña de corazón,
olvida tu frustración
y la soledad no compartida,
la alegría sin razón,
que las penas se te acaban,
sueña que a la mañana,
abrirás tus ojos
y por la ventana,
te entrará un rayo de luz
que el día apareció
y tu hombre te llama.
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