Déjame un hueco
que quiero de nuevo verte,
defenderé a muerte
tu anhelado cobijo,
yo me hago hijo
de los versos de tu boca,
toda mi vida es poca
si tu hueco no me tiene,
cada día me detienen
las horas en que no estás,
sin saber si vendrás,
que tu ausencia me entristece,
mal calma y pena crece
con tu ausencia y su vacío,
y en el fuerte desvarío
trazo marcas con tus huellas,
dime entonces mujer bella,
dímelo, llámame,
si en tu hueco puedo entrar,
y si me lo vas a negar
no lo digas, y mátame.
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