sábado, 15 de marzo de 2014

TARDE DE MENTIRAS

Demasiado tarde para dar una respuesta,
la noche me venció con su largo silencio,
he visto el desprecio del mundo y de nadie,
la ausencia de sangre del navío en el remo,

he sentido morir lentamente las tardes,
vertiendo cobarde palabras sin miedo,
te he visto el "te niego", he visto el desarme,
el afloje de amarre, el caer sin remedio,

he vuelto a vivir aquellos viejos desastres,
el frío desmarque de un corazón de hierro,
el duro hielo con que congelas mi hambre,
un mar insospechable donde lastras mi cuerpo,

he visto tu empeño, tu agudo ataque,
la demolición de un parque en invierno,
el rudo mentidero de tus falsas frases,
tu forma intachable de mandarme al infierno,

he sentido que aquellos cuerpos no arden,
que quien dice amargarse amarga primero,
yo me vi sincero, estupidez por mi parte,
tu dijiste un tonto "vale", un tonto "de acuerdo",

cómo no ocurrir si me vas echando más lastre
que me digan después que escribo siniestro,
si es que no entiendo y mis manos son sables,
si lanzo intratables gritos a los vientos,

demasiado en secreto guardaste la llave,
mil siglos me saben descubrir tu secreto,
pareces espectro más que materia que sabe,
no se me abre ya otra idea de tu aspecto,

vete en tu silencio y que Dios te acompañe,
mi alma me apañe y me sacuda ya muerto,
yo me entremeto en ese rincón de la tarde,
aquella tarde maldita en la que mintieron.

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