jueves, 6 de marzo de 2014

MIRARTE

Estaba mirándote mientras la luna nos bañaba,
eran noches azules con mares de estrellas,
veía tus ojos brillar, me parecías tan bella,
que la luna no podía desviar mi mirada,

agarrados paseábamos por aquella playa,
y nos decíamos mientras sentíamos la arena,
tal calidez de tu cuerpo sentía en mis venas
que la playa no podía desviar mi mirada,

nos besamos en el frescor de dunas de plata,
tus labios me envolvieron mi alma entera,
tu ternura me fue pareciendo tan inmensa,
que las dunas no podían desviar mi mirada,

nos acompañamos y sentimos la llama,
y algo tímida me dijiste a tu casa fuera,
y la copa que me ofreciste con algo de ginebra
no se apuraba por no desviar la mirada,

tras unas escenas de bromas y charlas,
llegamos al silencio al que siempre se llega,
me tomaste las manos y te hiciste entrega,
con un beso tan dulce como tu mirada,

y...

hoy miro aquella luna que nos bañaba,
con sus noches azules de mares de estrellas,
y hoy vuelvo a pasear por aquella playa
doliéndome en mis pies la fría arena,
y deambulé por aquellas dunas de plata
cambiadas por los vientos y las mareas,
y sentí la inmensa soledad con que una llama
iba quemando mi alma con pena,
y hoy recordándote en el silencio de mi casa
miraba tristemente la copa con ginebra,
e intentaba recordar aquellas dulces palabras,
y en mi desgracia me iba dando cuenta,
que mientras todas estas cosas yo miraba,
tú ya no estabas y mis ojos enferman.

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