lunes, 27 de octubre de 2014

OCTUBRE

A veces, por suerte, me sorprende octubre
alargando el verano que tanto me gusta,
y no con las fresas que es su reina fruta,
sino con cerezas de cepas no cortadas,

y algunas claudias que se sienten envidiosas,
y ciruelas más dulces y vigorosas,
ay este octubre que me parece que insulta
a la frialdad que vendrá sin ser llamada,

esta estación se define por la sangre
aún hirviente por las noches del verano,
recordando mi caricias con las manos
al vientre germinal de mi dulce amada,

quizás yo logré verter en su estancia
granos de vida rebeladas y que crecen,
y en un octubre tan cálido como éste
logré mi sueño por atrasar a la nevada,

así es octubre, el que me llama y descubre
mi erostismo por tus campos de amapolas,
raíz de tierra que se sacia con el agua de tu boca,
octubre mío que te llama y que te abarca,

sin ti, este octubre nunca lo sería,
por más que llueva o reviente la ventisca,
sin ti yo nunca viviría esta conquista,
bendita eres entre todas las amadas.

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