De tu mente, de tu corazón,
espero las palabras que no se escriben,
las que se dicen en el filo del día,
cuando todo está casi perdido,
más, como Fénix,
desentiérrate y dime
las palabras de tu corazón y mente,
por las que casi te jugarías la vida.
Dime pues lo que nunca me dijiste,
tu silencio ya es inerte
porque ya sabías que me mataría.
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