miércoles, 8 de enero de 2014

CURIOSIDAD

Dime, ¿qué ves en mí cuando me miras?
no debería ser yo quien siguiera,
deberías de retomar tú todo esto
y seguir el poema,

yo no se si lo harás,
yo no sé si lo harías,
yo no sé hasta dónde llegarías,
de qué me ibas a hablar,

la pregunta carece hasta de sentido,
no puedo seguir pues espero una respuesta,

un zarcillo, una puerta,
un jardín, una azotea,
un patio, un chiquillo,
una ropa vieja,
un barbudo tempranillo,
una destartalada orquesta,
una fiesta,
unas calesitas,
un juguete,
una pandereta,
un abrigo, dos camisas,
cuatro ladridos,
un no avisa,
una misa
con sacerdotes fuera,
un colegio vacío,
una hermana que protesta,
una canción sencilla,
un paseo en la barqueta,
una broma, un llanto,
un canto,
cien mil cestas,
una siesta, más siestas,
unos ojos que me sangro,

unas manos que me abro,
unos pies en una prensa,
un calígrafo sostenido,
un libro sin letras,
una eterna historia por enésima iniciada,
un castillo con poleas,
unos alfileres de caballo,
mis apuntes de artes y letras,
mis cálculos biliares,
mis familiares,
una apuesta,
infinitas pérdidas,
una bestia,
un semáforo tramposo,
un acoso,
una prosa,
una rosa,
un alfiler,
un por qué,

todo esto,
manifiesto,
mientras me aburro,
esperándote
como un burro,
que digas, que hables,

que no calles,
que me digas,
que me desarmes,
que no me quemes,
que me digas ya
lo que ves
al mirarme.

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