Fue en una noche clara de verano
cuando nos recitábamos,
decíamos uno del otro
que bellas manos,
no había miedo ni temor,
el cariño nos envolvía,
y una lejana melodía
nos recordó el amor,
en esta distancia fuimos uno,
logro al fin de lo soñado,
ojos cercanos tan ansiados,
calima que no nos pudo,
nada se marchita si no se quiere,
puede que huya y se congele,
pero aquello que una vez nos dimos
no escapará a nuestro destino,
si las cosas serán igual o no igual
que más da si lo importante es querernos,
si lo importante es protegernos
del loco temporal,
nada de esto es casual,
fue madurado y fermentado,
ansiado, vivido y logrado,
que importa lo demás,
fue en un caluroso verano
cuando juntamos nuestras manos,
nuestro viento y marea, aún pasean
esperando que volvamos,
si serán meses, o años, o siglos,
todo será atemporal,
por mucho que se quiera llevar
los sentimientos al olvido,
el camino es tan largo,
más la paciencia infinita
de que aquella voz tan limpia
me quiera de nuevo arropar,
iré marcando en palabras
sesgo para los egoísmos,
sigo siendo siempre el mismo,
ya no me puedo cambiar,
y aunque a veces e inmaterial
no parezca más que una escena,
yo lucharé contra la pena
de que me quieres olvidar.
Jamás se olvidan esos momentos que nos hacen ver la parte mas esencial de nosotros mismos, la complicidad, la entrega, el respeto, la admiración, la amistad, el amor....
ResponderEliminarMuy cierto. Besos
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