SOBRE LO QUE SÍ O SOBRE LO QUE NO SE ESCRIBE

No escribo ni por amores ni desamores,
ni por alegrías ni por penas,
escribo para ver si saco
mil libros de la cabeza,

no escribo por vientos sustanciales,
ni por un drama con fin presumido,
no escribo por flotar por los canales
por donde batallan mis enemigos,

no escribo para que se me cante,
no escribo para que se me lea,
no escribo para que se plasme
estilo que merezca la pena,

no escribo por no estarme quieto,
no escribo por no estar en silencio,
no escribo ni mucho menos para los cielos
y mucho menos para los cuervos,

no escribo por cumplir una promesa,
no escribo por recordar un pasado,
no escribo sobre todo lo fallado,
y aún menos si alguien me alegra,

no escribo frases lapidarias,
más bien escribo con voz insinuante,
más bien por ser un poco tunante,
para que te creas estas palabras,

no escribo por confesarme,
no escribo para declararte amor,
ni por que quiera plasmar rencor,
escribo solo por engañarte,

no escribo para que me creas,
ni te hagas imagen de quien soy,
sino para que pienses que hoy
escribe aquí cualquiera,

piénsalo, si piensas no escribes,
si escribes ¿te lo piensas?
y después ¿todo esto lo describes
como si fuera una belleza?,

no escribo por evolucionar,
seguro que más por involucionar,
por mirar de nuevo el mar,
por otra vez por amor luchar,

escribo a veces de una sola forma,
y casi siempre de mil maneras,
a ver si alguna vez de éstas llega
una idea coherente y menos loca,

escribo en soledad necesaria,
en inquietud inevitable,
en un rincón de una tarde,
con una duda diaria,

no escribo desde una onda
lanzada por muchedumbre,
más bien es una costumbre
de escribir sin una moda,

escribo a la belleza intrigante,
a la simplicidad de una mente,
que ha logrado pacientemente
poner orden en los estantes,

por lanzar amuletos al aire,
como trampas del cazador,
para que una vez la sin razón
convenza mente grave.

Y escribo porque si no lo hago
todo esto se pierde,
porque soy despistado, recuerde,
siempre olvido lo in grabado.