Esta alegría, este dolor,
paz y lucha, que mujer,
me da, me quita,
me mata, me resucita,
y me mata, que mujer.
No puedo vivir solo de la esperanza,
no puedo sentir sin sus sentidos
atacándome el alma,
que mujer,
cuanto enojo y burla,
cuanto silencio y turba,
parece hacerlo como si nada,
baila, ríe, canta,
llora, desvanece, amarga,
me da, me quita,
me presta, me vende, me abarca,
que mujer.
Voy de ilusión a desesperanza,
de la nada incorrupta
a la asíntota infinita,
voy de cita en cita
y de drama a drama,
de boca pasional
a boca huidiza,
de mano animal
a mano helada,
de corazón infernal
a noche quebrada,
de bruma oscura
a alba clara,
me quita, me da, me quita, me da,
me mata, me alza y me mata,
que mujer,
soy su juguete y su gran amor,
un petimetre, un dios,
una lujuria, un fervor,
no soy nadie, soy yo,
me descompuso,
se lo propuso,
que mujer,
para deshacerme y volver a hacerme
tal cual fui,
para descubrir, ensayar, probar,
variar, cambiar, reformar, deformar,
y reconstruir,
me quería y no me quería,
según el momento, según la ocasión,
según tuviera ganas
según sopor,
que mujer,
vete, ven,
dime, calla,
me da, me quita,
me mata,
me resucita,
y me mata.
Que mujer.
¡Qué!
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