lunes, 27 de enero de 2014

SOLO

Solo, solo puedo mirarme, pensar en cada perforación de mi cara
y comerme la pluma para que se deslice, solo, solo yo puedo pintarme
mi autorretrato despacio, sin prisas, con calma,
solo, solo yo puedo llorar mis lágrimas, 
entender una a una, atenderlas, oírme como me adulan, 
formar con ellas dióptricos convergentes, partir el rayo,
en el crepúsculo, verde, morirme un poco más en el bucle poniente,
solo, solo yo puedo verme, solo, solo yo puedo verme,
solo, solo yo puedo verme, solo, solo yo puedo verme,
 
tú no puedes verme, lo que ves es una lámpara incandescente
de aceite negro y ya usado, maldito seas aceite,
no me hago de palabras, no nací con el Sol de oriente,
no me hago de verbos, no soy usted de ustedes, no pienso en alternativa,
no soy ese, solo, solo yo puedo decirme lo que se debe de hacer
y lo que no se debe, y, con este planteamiento, voy recorriendo el vacío,
a Hess con su balneario, Miller con sus equinoccios, Buesa y sus escalofríos,
la babosada de Kafka, la relatividad de Ptolomeo,
lo encontrado, lo perdido, la noche se hizo sobre mi frente,
mi frente como siempre se hace de algoritmos, 
todo esto mientras diseño un Excel y meto números para mí sin sentido,
pero tengo que hacerlo o si no me acusará mi enemigo,mi dios, mi vecino,
los fantasmas de todas las óperas, la lógica de Russell, y yo me veo a mí mismo, y yo me veo solo, solo a mí mismo, como un estúpido mal parido,
solo, solo yo me como a mí mismo.

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