viernes, 31 de enero de 2014

GRACIAS

Gracias por haberme despreciado de esta manera,
contigo he aprendido a saber mi valor exacto,
las monedas precisas para desarrollar tu ego,
lo que no fui para ti en tu programado teatro,

y gracias por devolverme donde antes no estaba,
a antes de todo esto que sucedió en estos sitios,
estaba ya protegido de los dardos lanzados,
y ahora me dejas en un cruce sin signos,

y sabiendo mi precio me he rebajado,
casi a cero, casi a nada, aprovechen la oferta,
pocos idiotas encontrarán tan a saldo,
hasta me puedes cambiar por una botella,

estoy muy agradecido de saber ya lo que valgo,
ni siquiera sospechaba que tendría un precio,
el precio de las cosas que sirven para algo
y que cuando no sirven se quitan de en medio,

va el añadido de que no ocupo mucho sitio,
y se queda callado como un grano de arena,
de algún paraje dormido de un lateral del camino,
o como una gota que se esfumó en primavera,

ni siquiera seré digno de un humilde escaparate,
no se desviará el balance presupuestado
si me largan o me dejan o me parta un rayo,
ni seré un efecto de los daños colaterales,

gracias por advertirme que no valgo por lo que soy,
gracias de verdad te digo, necesitaba saberlo,
algo intuía que realmente no valía un pimiento,
que solo puedo valer por lo que digo o lo que doy,

la única pega es que no se pone en mercado
la posibilidad de cambiarme por algo distinto,
que va, en este cero a la izquierda, el instinto
de seguir siendo tal cual aunque haya fracasado.


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