Lloro todos los días,
por ti me afloran las lágrimas,
recordando que me querías,
temiendo que te alejaras,
ignorando si tu sabías
que hubiera vendido mi alma,
cuando dijiste aquel día
lo mucho que me amabas,
y fue en una noche fría
donde me quemaron las palabras,
tú te fuiste, ya dormías,
solo dijiste -hasta mañana-
y con esas palabras intuía
que todo esto terminaba,
menos mi llanto y herida
sabiendo que te alejabas.
Ya no te siento vida mía
hablándome enamorada,
sino más distante y fría
que aquella noche amarga.
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