No saber dónde vamos
ni de dónde venimos,
ya puede ser una tragedia,
no saber estar hoy
es una sangría,
un desperdicio día a día,
tropiezas ahora,
justo en este momento,
ni mañana ni ayer
¿para qué, pues, saber
los vaticinios del tiempo?
ya tienes suficiente
con ocupar la mente
en el suelo al que te aferras
¿para qué, pues, esta guerra
por lo aún no llegado
o lo que ya se aleja?
No te preocupes,
ni el tiempom ocupes
en lo que aún no ocurre,
o ya ocurrió,
que la distracción
en el ahora
te traicionará,
pues si el presente llenas
de futuro incierto
o de pasado muerto,
a nada llegas
ni llegarás.
Vive el hoy
y no le pongas final,
más bien que sea germinal,
como una semilla,
pero sencilla,
ignorante de su potencial.
Tan solo siente
la brisa al frente,
y el agua a raudal,
y las sales filtradas
y hasta la nada
sin analizar.
Yo no quisiera
quemar las velas
por un Sol
que aún no salió,
ni llorar con penas
que una vieja entrega
me traicionó,
mi cuerpo es más inteligente,
él vive el presente
con nervio y piel,
mientras que en mi mente
danzan vanamente
lo que pudo y pudiera ser.
Lo que pueda ser será,
y casi siempre llegará
sin buscarlo ni querer,
y así te rendirás
al amor o a la bondad
donde no creías poder,
pues todo es casual,
hasta la azul inmensidad
y el elíptico amanecer,
no lo puedes evitar
¿cómo vas a evitar
hacer lo que has de hacer?
No pierdas el tiempo,
ni ningún momento
en el presente de tu ser,
¿qúe de dónde viene
o que dónde vas?
olvídalo ya
que estás matando
cada instante florecer.
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