Y cuando no la abra,
sentiré que estais en la lista
haciéndome compañía,
y de esta forma
notaré
que el silencio de mis días
pasan,
pasan, como pasan,
las continuas mañanas,
con su Sol ascendente
y el instante
trascendente
que apareces cada día,
y la noche del día,
y la tarde de en medio,
que en su calidez prendo
la luz del alma mía,
y se os haga lucero,
como sentimiento primero,
como pensamiento amable,
alegre y constante,
de música y verbo,
la palabra sin hierro
oxidado por nadie,
es cierto y me vale,
por cariño y esmero,
abro el sendero
para mis humanidades,
para los que quiero,
para los que me quieren,
para los que no hieren,
para los que me pidieron perdón
si me hirieron,
así es tu bondad
y tu verdad,
limpia la tierra,
cuida los vientos,
eterniza ese momento
que se debe quedar,
pues se queda en el alma,
en nuestra memoria en el tiempo,
y el feliz sentimiento
de que volverás,
aquí me teneis,
siempre lo sabéis,
sé que lo sabéis,
y me debe bastar,
y es por eso
que no temo cerrar,
porque sé que estaréis,
siempre estaremos
porque te queremos,
porque, queriéndote,
nos queremos,
porque si estás
todo será
como empezar de nuevo,
como reiniciar el vuelo
aún por las mismas riberas,
aún por los mismos senderos,
con vosotros estoy
porque estáis en mí,
con vosotros voy
ahora y siempre
y hasta el fin.
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