jueves, 12 de marzo de 2015

LOS CIPRESES

Los cipreses parecen tristes
porque les vienen gente
que no quieren,

y cuando oyen el golpe de loza
y un murmullo
entre pasos alejándose,
languidecen,

el nuevo inquilino
que vino
a su convivencia
no quiere,

se lleva un tiempo sin hablar,
aún con la sangre caliente,
lentamente,
terriblemente lentamente
se le apaga el antes,
se hace consciente,

comienza a narrar
con cierto terror reciente
su vida pasada y sus dichas
y sus malas suertes,

pocos les dicen
a los perennes cipreses
que se alegra de estar con ellos,
y los cipreses padecen,

y leve protesta les sale,
añoran jardín floreciente,
donde niños y animales
juegan alegres,

que un niño o un animal
no distinguen,
le son equivalentes
los rosáceos cerezos
o los negros cipreses,

¿qué trágico plan
de la cultura del hombre
los hizo diferente?

si por aquí andan margaritas
y las andan en los banquetes,
si por aquí andan amapolas
y en campos como serpientes,
si por aquí hasta una bella rosa
y hasta alegres claveles,
que también se posan
en regalos y presentes.

¿Por qué aquí todos vienen
a entristecerse
con los cipreses?

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