Tu alegría es para mí mi argumento,
y son los momentos donde más me orgullezco,
son como frescos chorros de agua sonora,
y las horas donde aún más te quiero,
porque el quiebro de tus labios en la sonrisa,
y esas briznas de luces en tus ojos,
y esos antojos de comerte ahora el mundo,
me hacen nudos en mi impresa alma.
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