jueves, 12 de marzo de 2015

LOS SILENCIOS Y LAS PALABRAS

Se cortó la conversación, o se vistió de silencio,
de un silencio probablemente no provocado
voluntariamente por ninguna de las partes,
pero se provocó un silencio, como desolado,
donde nadan calladas miradas esperando
que el cursor, infinitamente frío y palpitando,
descubra alguna palabra secreta y generosa,
que pasará olvidada pero cederá el paso,
cederá el paso a muchas otras que esperamos,

o quizás ¿a las mismas que ya hemos gastados?,
¿a las mismas excusas y razones? ¿a lo ya hablado?,
puede que nos pase que las siguientes palabras
surjan de algún momento que ni imaginamos,
porque somos tan distantes y tan cercanos
como la sutil línea que nos separa
de lo que queremos a lo que queramos,

porque puede que yo diga cosas extrañas,
porque puede que tú digas cosas extrañas,
tan ajenas que a veces se ven antagonistas,
tan cortas a veces, y en otras tan largas,
porque no acordamos ninguna medida para ellas,
o que salgan y se destrocen como crueles hermanas,
porque ambos somos hermanas
y hermanos en esta vida que nos habitamos.

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