viernes, 6 de marzo de 2015

ELECCIÓN

¿Quien eres tú que no llamaste
para entrar en mí?
otra alma resignada y buscadora
que sueña para vivir,
acaso no previste
también mi soledad,
y acaso te impusiste
estelar.

Si viniste para no irte
bienvenida y allegada seas,
si viniste para irte
maldita seas,
que por bondad no importas
como seas,
ancha, baja, dura o pena,
si viniste a quedar.

Buscas luz como en el sur,
como en la tierra verde y blanca,
semilla crece si te embarcas,
sueño muere si te vas,
más si no eres pasajera,
efímera o ligera,
sígueme alma blanca
al final del mar.

Pero si eres un instante,
un rayo corto radiante
de mis tardes
soledad,
mejor encuentres al diablo,
sin la ayuda de San Pablo,
ni San Pedro,
ni la Santa Virginal.

Que no hay peor cobardía
que simular cariño y celo,
y hacerme ver el cielo
con ligereza,
o hacerme ver la Luna
en el cristalino lago,
para después, con tus manos,
moverlo y se diluya.

No deberías jugar
como si fuera un teatro,
pues otro insensato
te lo hará,
no se debe jugar
ni con el amor ni con el afecto,
ni hacer manifiestos
que no tienen lugar.

En la vida se te cobra,
cada cosa que tu hagas,
y tarde o temprano acaba
tu osadía,
no creas que eso te sobra,
que cuando llegue el temporal
que ya nunca acabará,
te ignorará si lloras.

Pues la vida es vengativa,
u ofrece lo que se planta,
lo que se siembra y crece,
más con alevosía,
dime pues si es alma mía,
esta sensación que me embarga,
esta frustación que me amarga,
por sentir que me mentías.

Si crees poder hacerte dueña
de la vida de tu prójimo,
no te extrañe si algún código
te hace mella,
más si quieres venir
sin condiciones ni exigencias,
no habrá ausencias en el sentir.

Si de la otra manera te diviertes,
te recreas, eres feliz,
con el daño a quien te ama,
que sea así,
pero no te extrañe, te lo advierto,
que si sigues en ese entuerto
de los besos con que arañas,
él se irá sin ti.

¿Que no te apena? ya veremos,
si en media hora, o mañana,
o en el infierno,
te lo encontrarás,
y cuando le quieras hablar,
él extenderá el dedo
acusándote de pleno
por tu banalidad.

Más si quieres, con alma sincera,
quedarte para no huir,
lograrás de mí
que te quiera,
Y lo haré por toda la vida
y por ti, mi compañera,
y por los tiempos y por las tierras,
volaremos sin fin.




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